El género negro cada día
Fundé Prótesis en 2002 obteniendo una buena acogida que año tras año se confirma. Tenía 28 años cuando la creé aunque las personas que conocieron primero la revista, seguramente se hicieron a la idea de que era un empresario cuarentón bien situado, y no un joven periodista buscavidas. Entonces no existían las redes sociales y nadie podía hacerte un «whois», de manera que fui recibiendo invitaciones generosas, como la de la Semana Negra de Gijón, y me introduje en círculos editoriales y culturales con mis camisetas sin mangas y mi aire pasota.
«¿Tú eres el de Prótesis? Esperábamos algo más serio». Tuve que escuchar en más de una ocasión preguntas de esa guisa, con un punto de sorpresa. «Yo también esperaba algo más serio», me decía a mí mismo, sin dejar pasar la bandeja de canapés. Otros simplemente me decían que pensaban que por mis textos aparentaba 20 años más, que me imaginaban en la Transición corriendo delante de los grises… Tenía gracia. En ese momento, tenía que explicar a escritores y lectores veteranos lo que es un juego literario, una recreación…
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